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Guía para fundadores no técnicos: cómo entender y colaborar con tu equipo tech

Publicado el 27 de mayo de 2025, por Borja Pérez

Montar una startup y no saber desarrollar no es raro. De hecho, es más habitual de lo que parece. Muchos de los productos digitales más exitosos han nacido de la visión de personas con experiencia en negocio, diseño o marketing, que han sabido rodearse de talento técnico para hacerlos realidad. El reto es que, cuando no hablas el mismo idioma que el equipo que va a construir tu producto, las cosas pueden torcerse con facilidad.

Si eres fundador o fundadora sin background técnico y estás construyendo una startup, esta guía es para ti. Aquí encontrarás claves prácticas para entender mejor a tu equipo de desarrollo, comunicarte con claridad, tomar mejores decisiones y, sobre todo, colaborar sin frustraciones. Porque no necesitas saber programar, pero sí necesitas comprender cómo funcionan las dinámicas de un equipo técnico y qué puedes hacer para potenciar su trabajo.


1. No necesitas saber desarrollar, pero sí aprender lo suficiente para tener criterio

Uno de los errores más comunes de los fundadores no técnicos es pensar que la tecnología es una caja negra. Algo que otros entienden, pero tú no. Y eso no es del todo cierto. No necesitas saber escribir código para tomar decisiones informadas, pero sí necesitas entender los fundamentos: qué es una arquitectura, qué implica hacer un MVP, qué diferencias hay entre front y back, qué es una API, qué significan términos como deuda técnica, testing, refactorización o PR.

Invertir unas horas en formarte en estos conceptos te dará algo mucho más valioso que conocimiento técnico: criterio. Te permitirá distinguir cuándo una petición es razonable y cuándo estás pidiendo magia. Te ayudará a tener conversaciones con tu equipo basadas en contexto, no en opiniones. Y sobre todo, te hará ganar su respeto.

👉 Recomendación: haz un curso básico de desarrollo (puede ser de no-code o low-code) o léete una guía para product managers que trabajen con equipos técnicos. No te hará developer, pero sí interlocutor válido.

GIF The Office - Michale Scott diciendo Why don't you explain me like i'm five?


2. El tiempo de desarrollo no es igual al tiempo de negocio

En el mundo tech, no todo se puede estimar con precisión. A veces lo que parece simple por fuera tiene mucha complejidad por dentro. Un cambio de copy puede requerir abrir varias pantallas, modificar tests y hacer despliegues. Una nueva funcionalidad puede parecer rápida, pero implica reestructurar la base de datos.

Como fundador o fundadora, es normal que quieras moverte rápido. Pero es clave que entiendas esto: la velocidad de desarrollo no es lineal. Los equipos técnicos no son fábricas de features. Tienen que lidiar con bugs, mantener sistemas, gestionar deuda técnica, hacer código mantenible y no romper lo que ya funciona. Cuanto más presiones, peor será la calidad del producto y mayor será el coste futuro.

👉 Consejo: cuando pidas una estimación, no pidas una fecha cerrada. Pide una aproximación con rango y pregunta qué riesgos o dependencias puede haber. Aprende a convivir con la incertidumbre sin usarla como arma.


3. Construye confianza, no vigilancia

Una tentación habitual cuando no entiendes bien qué está haciendo tu equipo técnico es intentar controlarlo. Pedir reportes diarios, métricas constantes o microgestionar tareas. Esto no solo es ineficaz, sino que genera un clima de desconfianza.

Lo que mejor funciona con perfiles técnicos es liderar con contexto, no con órdenes. Cuanto más clara sea la visión del producto, el problema que se quiere resolver y los objetivos de negocio, más alineado estará el equipo. Y cuanto más espacio les des para proponer soluciones, más dueños se sentirán del resultado.

👉 Recomendación: mantén un ritmo de comunicación regular, como dailies o weeklies, pero orientado a compartir avances, bloqueos y decisiones, no a fiscalizar. Tu papel no es controlar cada línea de código, sino asegurarte de que el equipo tiene lo que necesita para avanzar.


4. Aprende a leer un roadmap técnico

A menudo, los fundadores no técnicos solo ven la parte visible del iceberg: funcionalidades, pantallas, lanzamientos. Pero debajo hay muchas tareas que no se ven, pero son esenciales: refactors, migraciones, automatización de tests, upgrades de dependencias...

Un roadmap técnico bien hecho equilibra necesidades de negocio con necesidades de mantenimiento y escalabilidad. Si solo priorizas lo que se ve, acabarás con un producto frágil, difícil de mantener y muy costoso de evolucionar.

👉 Consejo: cuando revises el roadmap con tu CTO o equipo tech, no ignores los “temas internos” como la deuda técnica. Pregunta por qué son importantes y qué pasaría si no se hicieran. Valida que hay un equilibrio entre construir hacia fuera y construir hacia dentro.


5. La contratación técnica no es solo cosa del CTO

Aunque tengas una persona técnica liderando el área, como fundador tienes un rol clave en la contratación. Los perfiles técnicos buenos no se convencen solo con salario o stack tecnológico. Valoran el propósito, el equipo, la cultura y el tipo de problemas que se van a encontrar. Y tú eres quien mejor puede contar eso.

Además, necesitas involucrarte para validar que la gente que entra comparte la visión, que encaja con el resto del equipo y que tiene la actitud adecuada. Contratar bien no es delegable por completo. Si lo haces mal, lo pagarás caro.

👉 Recomendación: participa activamente en las entrevistas (al menos en una fase), revisa las scorecards junto a tu equipo técnico y asegúrate de que la propuesta de valor que ofrece tu startup es atractiva también para desarrolladores.


6. Tu cultura también es cultura técnica

La cultura de una startup no se limita a afterworks y canales de memes en Slack. Se refleja en cómo se toman las decisiones, cómo se gestiona el tiempo, qué nivel de autonomía tienen los equipos o cómo se responde cuando hay un error.

En muchas startups, la cultura técnica está desalineada del resto. Por ejemplo: se exige rapidez sin errores, se prioriza sin entender la complejidad, o se castigan los bugs en lugar de verlos como oportunidades de mejora. Esto genera frustración y rotación.

👉 Consejo: trabaja con tu equipo técnico para definir qué tipo de cultura queréis tener en cuanto a calidad, comunicación, ownership o gestión del tiempo. La buena cultura técnica no aparece sola: se diseña y se cultiva.


7. Evita la trampa del “CTO comodín”

En las fases iniciales, es habitual que el CTO o perfil técnico principal acabe siendo la persona que hace de arquitecto, desarrollador, DevOps, soporte, y hasta reclutador. Pero este modelo tiene fecha de caducidad. Si no se corrige a tiempo, quemarás a tu equipo.

Tu responsabilidad como founder es crear las condiciones para que el equipo crezca de forma sostenible. Eso implica dotar de recursos, ayudar a priorizar, incorporar perfiles clave cuando toque y no convertir a una persona en cuello de botella de todo.

👉 Recomendación: revisa regularmente la carga y los roles del equipo técnico. ¿Están haciendo trabajo estratégico o tareas operativas que podrían delegarse? ¿Hay margen para incorporar un engineering manager, un perfil de QA o alguien de producto?

GIF The Office - Michael Scott haciendo el gesto de disparar con las manos


8. Traduce entre negocio y tecnología (y viceversa)

Uno de los superpoderes que puedes desarrollar como fundador no técnico es el de traductor. El de alguien que entiende las necesidades de negocio, pero también respeta los tiempos y limitaciones de la tecnología. Y que es capaz de construir puentes entre ambos mundos.

Por ejemplo, si el equipo técnico dice que una funcionalidad tarda 3 semanas, tú puedes preguntar: “¿Qué versión más sencilla podríamos tener en 1 semana que ya nos permita validar algo?” Eso no es presionar. Es priorizar con criterio.

👉 Consejo: haz de interlocutor entre las áreas de negocio y el equipo técnico. Evita pedir cosas “para ayer” o sin contexto. En su lugar, formula problemas, no soluciones cerradas. Y escucha activamente lo que el equipo necesita para poder construir bien.


9. Mide lo que importa (y entiende lo que no)

Es fácil caer en métricas de vanidad: número de commits, velocidad de sprints, tickets cerrados. Pero estas cifras, por sí solas, no dicen mucho. De hecho, mal usadas pueden generar efectos perversos (como fomentar el trabajo rápido pero poco sostenible).

En lugar de eso, concéntrate en métricas que conecten desarrollo con impacto. ¿Cuánto tardamos en poner una idea en manos del usuario? ¿Con qué frecuencia desplegamos cambios? ¿Cuántos bugs detectamos antes de que salgan a producción?

👉 Recomendación: trabaja con tu equipo para definir un set reducido de métricas que os ayuden a aprender y mejorar. Y sobre todo: no conviertas las métricas en objetivos sin contexto. Úsalas como brújula, no como látigo.


10. Tu equipo técnico no es un proveedor: es tu socio

Quizás lo más importante de todo. La tecnología no es una commodity ni un coste a reducir. Es una parte esencial del valor que estás creando. Si la tratas como una caja negra, si ves a tu equipo técnico como “los que hacen que esto funcione” sin entender su aportación, estás perdiendo una oportunidad enorme.

Cuando involucras a tu equipo técnico desde el principio, cuando escuchas sus ideas, cuando les das autonomía para decidir cómo construir, su compromiso se multiplica. Y eso, a la larga, marca la diferencia entre una startup mediocre y una extraordinaria.

👉 Consejo final: trátalos como lo que son. No como implementadores, sino como co-creadores del producto.


No saber desarrollar no te impide liderar una empresa de tecnología

Ser una persona fundadora no técnica no te impide construir un producto tecnológico excelente. Pero sí te exige esfuerzo consciente para entender, comunicar y colaborar con quienes lo hacen posible. Porque no se trata de saber programar, sino de saber liderar un equipo técnico con empatía, criterio y visión compartida.

Si cuidas esta relación desde el principio, estarás sentando las bases de un equipo sólido, motivado y capaz de escalar contigo. Y si necesitas ayuda en ese camino —ya sea para contratar talento técnico o para construir cultura de equipo sana— en Manfred estamos para ayudarte.

Publicado el 27 de mayo de 2025, por Borja Pérez