10 soft skills para ser manager técnico

Publicado el 18 de enero de 2024, por Antonio Rodríguez

Entre los roles que unen diferentes disciplinas dentro de una empresa, el de manager técnico es de los más complicados. Gestionar el día a día, mientras no se pierde ojo de la estrategia a largo plazo, y se mantiene la coordinación con otros departamentos, puede ser frustrante. No queda muy claro si el management en tecnología tiene unos incentivos suficientes. Últimamente hemos visto personas volviendo a ser Individual Contributor después de haber tenido roles de gestión del talento.

Y sí, como decía @Pinchito el otro día, hablamos poco de ello. Aunque hay personas en el sector como Javier de Arcos o Félix López que comparten sus pensamientos y debates para que reflexionemos, la realidad es que una pequeña búsqueda en tu navegador de confianza sobre “¿cuáles son las características que hacen a un/a gran manager en tecnología?”, te revela que no se ha hablado mucho sobre el tema. Así que, ese es nuestro cometido hoy: hablar de qué características que convierten a alguien en la crème de la crème como manager técnico.

1. Gestión del tiempo y de los recursos

La buena gestión de los recursos del equipo sea, quizás, la principal característica que define el buen hacer del liderazgo. Para conseguirlo, son muchos los métodos, pero debe ser un proceso holístico: conocer el presupuesto del proyecto, qué tiempos maneja la empresa para entregarlo, cuántas personas hay en el equipo y cuántas puede llegar a haber, comprender todo el ciclo de vida del desarrollo, entender la arquitectura del proyecto, saber de su evolución, cambios y por qué se han llevado a cabo… 

El/la manager tiene que tener ojos en la cara y en la espalda, saber y conocer todos los tiempos del proyecto. En su día a día tendrá que estimar las fechas de entrega y costes del proyecto –cuánta panoja te va a costar esa implementación que te va a llevar tres semanas más–, repartir las tareas entre los diferentes miembros del equipo y hacer su seguimiento, tener en el radar diferentes herramientas y soluciones –porque, como dice @morvader, la gente paga por soluciones, no por software– y saber priorizar las tareas del equipo

Con toda esta visión, podrás optimizar los recursos de tu equipo al máximo y tomar decisiones basadas en datos y no opiniones.

2. Facilidad comunicativa

Una comunicación sana y transparente es la clave de un equipo feliz (proverbio anónimo y bastante Mr. Wonderful, pero verdadero). 

El primer paso para conseguir esa comunicación de ensueño es no dar nada por evidente: comunica, recomunica, sé redundante y crea espacios para que esta comunicación suceda. ¡No des nada por hecho! ¿Tenéis una daily para reportar avances con respecto al objetivo, pero crees que no funciona? ¡Instala un bot antes de las dailies para pedirlo por escrito! ¿Crees que no hay confianza suficiente para ser honestos con lo conseguido? ¡Demuestra tú la confianza!

Y, ¡ojo! Que no nos referimos solo a la comunicación oral. En el trabajo remoto, la comunicación escrita es tan importante como compilar sin errores en la víspera de un lanzamiento intergaláctico. La claridad en lo que dejamos por escrito es esencial, pues como va a ser leído en asíncrono, la otra persona no tendrá esa oportunidad inmediata de hacernos saber si no lo entiende.

Una buena documentación en una tarea de Jira es el ejemplo paradigmático de una comunicación eficiente: defines la tarea dejando claro el punto en que te encuentras la feature, la propuesta de mejora y cómo piensas hacerlo. Esa misma tarea la abrirán tus compañeros que podrán aportar sus puntos de vista. Lo mismo sucede con las PR: tener un sistema de control de versiones eficiente, con una documentación escasa y no clara, es como no tener nada.

Siendo manager también tendrás que tener facilidad para comunicarte con otros departamentos, y muchos no tendrán base técnica o desconocerán conceptos sobre estimaciones de tiempos y entregas que para un/a técnico/a serán evidentes. Debes saber traducir los conceptos técnicos al lenguaje muggle y, ¡redundar, redundar, redundar! 

3. Capacidad para resolver conflictos

¡Echa el freno, Magdaleno! Seguro que has pensado en conflictos dramáticos, como encontronazos entre compañeros. Pero, no solo hablamos de esos. Aunque también hay que saber gestionarlos, poner tierra de por medio y siempre, siempre, buscar la conciliación.

Imagina, por ejemplo, un problema técnico que potencialmente haya sido causado por tu equipo, o que dependa de tu equipo. Una caída en producción que tu equipo tenga que solucionar. Es una situación crítica y tú eres la cabeza visible en ese momento. 

Ahí, como manager, tendrás que hacerte con toda la resiliencia del mundo y recuperar la empatía de la que hablábamos antes para atacar la situación de la mejor manera posible. ¡A por ello!

4. Pensamiento crítico

La objetividad y el pensamiento crítico darán la perspectiva necesaria para ver los problemas “desde fuera”. El pensamiento crítico te ayudará a retar las decisiones que te generan dudas o que ves poco fundamentadas, pero también a ser consciente de las fortalezas y debilidades que tiene tu equipo. Con él, sabrás perfectamente cuándo algo no ha llegado a tiempo y hay que intentar mejorar para la próxima, o cuándo algo no es culpa de tu equipo y lo debes defender.

Una mentalidad robusta basada en el pensamiento crítico le permitirá tener un comportamiento objetivo, justo y honesto con su equipo y el resto de la compañía. 

Y sí, cabe la posibilidad de que te preguntes: “¿Y cómo narices desarrollo mi pensamiento crítico?”. Pequeño padawan, camino mucho por delante tienes. Empieza por desarrollar una buena cultura de feedback sano, donde todo el mundo pueda compartir su punto de vista sin temer a la ridiculización o a las consecuencias. Es algo fundamental para que empieces a ver más perspectivas que la tuya. A partir de ahí, empatía para entender la visión de los demás y valentía para cuestionar las decisiones que no compartes.

5. Pensamiento estratégico

Como manager, la estrategia es una de las más importantes aliadas. Necesitarás tener definidos proyectos y objetivos por Q y, probablemente, por año. La estrategia es el camino para conseguir los objetivos. Pero, ello implica entender los objetivos, la organización y cómo puedes ayudar realmente.

Para poder construir una estrategia, primero debemos fortalecer nuestro “pensamiento sistémico”. Cortita y al pie: pensamiento sistémico === entender los sistemas. Entender los sistemas implica desde conocer qué organización se emplea en tu proyecto y en tu empresa, por qué se emplea esa y no otra, con qué tecnologías se trabaja, de qué recursos –tanto económicos como de otro tipo– se dispone. Ver lo que sucede desde arriba, como si fuera un tablero de ajedrez.

Debes conocer todos los detalles y el "estado del arte" de la compañía y el proyecto para poder tejer una estrategia. Y eso implica pasar meses (e incluso algún año) entendiendo bien el negocio. ¿Y por qué necesitamos tener una estrategia? En palabras de Félix López, VP de Ingeniería en Tinybird: «Porque es uno de los factores de la motivación, todo el mundo necesita entender cómo su trabajo contribuye a la Big Picture, a la visión del equipo y de la empresa, y para eso, necesitan comprenderlo. Necesitamos sentir que lo que hacemos tiene valor y sentido dentro de un objetivo mayor».

Una buena estrategia tiene claro su objetivo y un camino claro con hipótesis para conseguirlo. Tener claro hacia dónde se dirige el equipo o el proyecto simplificará la toma de decisiones.

6. Saber delegar

Muy relacionado con el pensamiento estratégico está la capacidad de delegar. Hace unos meses se publicaba en La Cafetería una interesantísima entrevista con Alfonso Gutiérrez en la que se profundizaba en el valor e importancia de delegar. Te recomendamos leerla, porque no tiene desperdicio.

“Veo que cuando no delegamos es porque nos encanta, y soy el primero, me encanta que me llamen: ¿qué opinas de esto?, ¿cómo harías esto? En el fondo creo que todo va de amor en la vida”.

Alfonso Gutiérrez en La Cafetería.

Delegar está estrechamente ligado con el sentimiento de pertenencia a un equipo, a un proyecto o unos valores. Delegar en tu equipo proyectos y responsabilidades hará que tengas un equipo más cohesionado y que se sienta partícipe de una misión.

7. Compartir y defender la cultura del feedback

El buen feedback ha de ser bien dicho y bien recibido: es un protocolo que implica tanto a los emisores como a los receptores. Un/a gran manager debe tanto saber dar un feedback de calidad a su equipo, como saber recibirlo.

Y, te estarás preguntando: ¿cómo es ese buen feedback?

Pues te contamos la fórmula, es muy sencilla:

  • Asertividad. Comenzar el feedback señalando algo positivo o remarcable que haga sentirse querida y en confianza a la persona. Puedes, simplemente, agradecer el esfuerzo.
  • Identificar correcta y concretamente el problema. El feedback genérico solo produce incertidumbres. Ten claro qué es lo que no te cuadra de algo antes de señalarlo.
  • Propuesta de mejora. Un feedback sin propuesta de mejora solo es una crítica. BOOM! Sí, es así. Añade una propuesta de mejora para que la persona sepa por dónde tirar.

¡Ah! Y muy importante. El feedback no solo es negativo. ¡No olvides dar también el feedback positivo!

8. Mentorización

Los buenos managers no solo son gestores del tiempo y de los recursos de su equipo, sino también de su desarrollo. ¿En tu empresa hay plan de carrera? Asegúrate de que se cumple. ¿Tienes Juniors en tu equipo? Hazles su seguimiento adecuadamente. 

Una buena mentorización es la que cumple cuatro pasos fundamentales:

  1. Entender el punto de partida
  2. Construir unos objetivos conjuntos y fechar un punto de evaluación
  3. Hacer un seguimiento real de los objetivos
  4. Evaluar el progreso del desempeño al final del tiempo marcado

Si tienes dudas sobre cómo puedes definir objetivos concretos, que no se queden en el aire, puedes utilizar metodologías existentes, como la S.M.A.R.T.

Como manager eres responsable del crecimiento profesional de tu equipo, de que todas las personas tengan las mismas oportunidades y se encuentren en un ambiente sano y cómodo para aprovecharlas.

9. Facilitar la innovación

Si eres capaz de empoderar a tu equipo para que saque lo mejor de sí y proponga sin miedo… ¡Has ganado como manager! 

El principal canal de llegada de la innovación es a través de la colaboración entre personas. Como manager tendrás muchísimos puntos si consigues crear un espacio de seguridad para que tu equipo proponga y se sienta incentivado a disparar sus ideas.

¡Ojo! Facilitar la innovación no es ni innovar ni obligar a nadie a innovar. Es construir un entorno seguro para que la persona que quiera hacerlo pueda hacerlo.

10. Empatía

Aquí nos vamos a servir de la ayuda del inestimable Javier de Arcos, que el otro día nos dejó por Twitter esta reflexión:

La empatía cuando gestionas un equipo hará que las personas que forman parte de él se sientan escuchadas y estimadas. La empatía nos hace humanos y (AÚN) no nos ha llegado la revolución de las máquinas (lol). 

No todos los miembros de tu equipo trabajan igual, ni tienen las mismas competencias y aptitudes. Como manager tienes que entender que la presión no ayuda a mejorar la productividad y que, cuando se detecta un problema, es imprescindible hablarlo desde una perspectiva que te permita entender la situación de cada persona. Y, ¡oye! Tú también eres humano: a veces un paseo a tiempo o un “oye, perdona, te importa si hablamos esto mañana”, es la diferencia entre gestionar un conflicto con nota y empatía, o meter la pata hasta el fondo.

Cada miembro/a de tu equipo tiene que sentirse ciertamente querido, recibir tu feedback… Vamos a decir que la empatía técnica, por si necesitas una definición, es la capacidad para entender y compartir las preocupaciones técnicas específicas de los miembros del equipo.

Definitivamente, la gestión de personas es un tema del que hablar. No es una cuestión baladí: es compleja y hay que trabajar con mucha comunicación y empatía. Y, aun así, surgirán problemas que debes saber cómo lidiar y solucionar. Incluso nacerán problemas nuevos y retos que resolver. Menos mal que vivimos en el sector del build in public, lleno de personas y proyectos deseando sumar por convertirlo en un lugar sano y transparente. Nosotros esperamos que este post sea un granito de arena más en facilitar la gestión del talento a todos quienes trabajáis con ello.

Si quieres recibir más contenido como este, en Out Of Office mandamos una Newsletter mensual con chicha de la buena sobre contratación, recruiting y liderazgo. Larga y próspera vida 🖖

Publicado el 18 de enero de 2024, por Antonio Rodríguez
¡Súbeme!